Informe de coyuntura y perspectivas económicas Nº 50

julio, 19
El tipo de cambio como ancla electoral - Crisis en la industria: salvavidas de plomo para la economía nacional. - Se consolida el segundo año consecutivo de recesión
Análisis Mensual

1. Claves económicas

En junio se consolidó definitivamente la estabilidad cambiaria. El dólar promedió una baja del 5%, la primera baja nominal en cinco meses.

  • En el mes que resta hasta las elecciones primarias no se vislumbra fuente de inestabilidad endógena que pueda mover a la política monetaria del equilibrio parcial alcanzado.
  • El BCRA está munido de las herramientas suficientes para defender el valor de la moneda, incluso, ante eventos disruptivos del exterior.
  • La tasa de interés de referencia sigue su tendencia a la baja, pero aún en niveles asfixiantes para cualquier esquema productivo. El interrogante que se plantea es hasta qué punto y a qué ritmo se podrá continuar con la baja de la misma, sin que los agentes vuelvan a presionar sobre el dólar.
  • El resultado de la primera elección nacional del año puede constituir un punto de inflexión decisivo, de cara a lo que resta de 2019.
  • Por un lado se destaca que la estabilidad lograda es endeble. Está sustentada sobre problemas estructurales irresueltos en el frente externo, que fueron parcialmente mitigados a partir del oxígeno de los dólares del FMI.
  • El equilibrio de corto plazo en los mercados cambiario y financiero, se cimienta sobre un esquema macroeconómico que todavía se puede definir como “de emergencia”. Tasas de interés superlativas, reglas monetarias restrictivas, encajes elevados y una prudencia fiscal estricta, son algunos de los pilares de la pax cambiaria del último bimestre.
  • Claro que las exigencias del ciclo electoral en curso, exigen al Ejecutivo a promover cierto clima de “alivio” económico a las familias argentinas.
  • Independientemente de los efectos reales del programa de populismo financiero que se está implementando, se trata de una aspirina barata que puede coadyuvar a mitigar el deterioro acumulativo en el acceso al consumo, que se configuró en el último año y medio.
  • En este marco, sobreviene la duda acerca de la sustentabilidad macro de un esquema con servicios regulados virtualmente planchados, cuotas generosas parcialmente subsidiadas por el Estado, actualización de políticas de transferencias por arriba de la inflación y otros alicientes para el consumo de bienes básicos y durables.
  • En lo que refiere a la economía real, la crisis en la industria manufacturera no logra alcanzar su piso, restringiendo a la inversión privada y agudizando el
    deterioro del empleo registrado, que afecta a su vez al consumo masivo.
  •  Es esperable que después del ciclo electoral se retome el sendero de prudencia del gasto, a tono con exigencias muy restrictivas desde lo fiscal,
    en el último trimestre del año. La última parte del año 2017, no marca un antecedente auspicioso en la resolución de los equilibrios acumulados.

2. El tipo de cambio como ancla electoral

Luego de varias semanas de aumento de la divisa estadounidense, y de una extrema volatilidad en su cotización, el Gobierno logró desde comienzos del mes de mayo que uno de los precios más relevantes de nuestra economía se estabilice. Claro está que, para lograrlo, debió dejar atrás su idea de libre flotación y convencer al FMI de que, en contra de sus propias normas, permita a su máximo deudor usar el préstamo para calmar al inestable mercado cambiario. Estas nuevas reglas de juego, sumado al ingreso extraordinario proveniente del sector agroexportador en épocas de la cosecha gruesa, produjeron una calma cambiaria que hasta logro sortear con creces los tan esperados cierres de alianzas y listas electorales, periodos que históricamente fueron fuentes de incertidumbre e inestabilidad en los mercados.

Tipo de cambio minorista
(Promedio vendedor)

Fuente: Elaboración propia en base a BCRA

Luego de tocar un máximo de casi $47 hacia fines de abril, la divisa cerró el mes de junio en $43,7, lo que implicó una caída del 5% durante el mes, y el interrogante sobre su sostenibilidad se plantea como discusión. Si bien la postura del FMI es clara, con manifiestas intensiones de respaldar al Gobierno en la campaña electoral y para eso nada mejor que un dólar calmo, hay dos variables claves que están mostrando que la estabilidad puede ser solo transitoria:

  • La fuga de capitales, reflejada a través de la Formación de Activos Externos Netos del SPNF, alcanzó en mayo un total de US$ 2.496 millones, volviendo a niveles de agosto del año pasado, época de plena crisis cambiaria.

En lo que va del año, la fuga de capitales por esta vía alcanzó los US$9.532 millones, cifra que equivale al 14,8% de las reservas actuales y es similar a todo lo fugado en 2016. Con respecto al mismo período de 2017, ya se han fugado US$ 3.000 millones más, y con respecto a 2018 se observó una baja de US$ 4.000 millones, aunque al ser año electoral, la posibilidad de empardar un año que fue record en este aspecto, sigue latente.

Formación de Activos Externos Netos de SPNF
(en millones de dólares)

Fuente: Elaboración propia en base a BCRA

De continuar esta apreciación, la percepción de un “dólar barato” podría hacer que la demanda de dólares presione al tipo de cambio, lo que sumado a un contexto político en plena campaña electoral e indicadores socio-económicos en caída, harían reflotar las tensiones cambiaras.

  • La otra variable clave es la tasa de interés de referencia, la cual alcanza hoy en día el 62%, nivel agobiante para el entramado productivo de cualquier país. Dicha tasa ha sido la herramienta económica clave con la cual el Gobierno ha buscado administrar la cotización del dólar mediante el intento de sacar pesos de la economía y así evitar la presión en la compra de la divisa. Sin embargo, su aplicación incentivó a las inversiones financieras en detrimento de las inversiones productivas, de mayor riesgo e incertidumbre respecto a su tasa de retorno.

Este nivel de tasa ha generado una fuerte caída en los préstamos dirigidos hacia el sector privado, lo cuales se encuentran en los mismos niveles que un año atrás.

Crecimiento interanual de los préstamos en pesos al sector privado 
(VIA promedio 30 días, en %)

Fuente: Elaboración propia en base a datos del BCRA

Es evidente que si se busca reactivar la economía en el corto plazo, el nivel de tasas que se viene manteniendo desde hace poco más de un año es
insostenible. Si esto sucede, y la tasa baja, la presión al dólar podría recrudecerse por lo que el gobierno se encuentra en un trade-off entre seguir utilizando a la tasa de interés como herramienta de esterilización, pero con un nivel de crédito muy bajo; o buscar una baja significativa de la tasa de interés, controlando el dólar por otros mecanismos.

3. Crisis en la industria: el salvavidas de plomo de la economía nacional

La crisis en la industria manufacturera no logra tocar fondo. En el mes de abril, el Índice de producción industrial manufacturera (IPIM) que elabora el INDEC registró 12 meses ininterrumpidos de caídas interanuales, con una disminución del 8,8% respecto a abril de 2018. La contracción alcanza a todos los sectores de la industria, con resultados negativos en las 16 divisiones que analiza el índice. El delicado estado de situación de la industria nacional va más allá de la caída en la producción: la caída de la inversión privada, la contracción del empleo registrado que afecta a su vez al consumo interno, y las dificultades para insertarse en el comercio internacional, representan un fuerte limitante para que la economía nacional logre retomar el sendero de crecimiento en el corto plazo

Evolución de la producción industrial y de la venta de productos manufactureros en el mercado interno

Fuente: Estudio Singerman & Makón en base a INDEC, CAME y ADEFA.

La caída en los niveles de producción industrial viene dado por el derrumbe que hubo en las ventas de productos manufactureros en el mercado interno, afectadas por la fuerte contracción del consumo privado.

En el sector automotriz, la producción cayó en promedio un 30% en el primer cuatrimestre del año según datos del IPIM, y estuvo acompañada por una disminución promedio del 57% en las unidades vendidas a concesionarios de autos, según datos de ADEFA.

La industria electrónica sufrió una caída promedio del 50% en la producción entre enero y abril, y una disminución en las unidades vendidas de artículos de electrónica1 del 34% en el primer trimestre del año, según la Encuesta de comercios de electrodomésticos y artículos para el hogar que releva el INDEC. Esta situación llevó al cierre de importantes plantas en la provincia de Tierra del Fuego y a que grandes cadenas de venta electrodomésticos anunciaran el fin de su actividad, mientras que muchas otras se encuentran al borde de la quiebra. Una situación similar se observa en el sector textil y en la industria de la construcción, con importantes caídas en la producción y en las ventas.

El panorama externo del sector industrial no es más alentador. A pesar de la mejora de competitividad generada por la fuerte suba del tipo de cambio en 2018, las exportaciones industriales no han logrado consolidar una recuperación sostenida en los primeros meses del año. La caída acumulada entre enero y mayo fue del 6,5% en las exportaciones de manufacturas de origen industrial y del 0,8% en las de manufacturas de origen agropecuario. A su vez, las importaciones de capital e insumos para la industria continúan contrayéndose, producto de su encarecimiento por la suba del tipo de cambio y la caída en la producción anteriormente mencionada.

Evolución del comercio exterior del sector industrial

Fuente: Estudio Singerman & Makón en base a INDEC

La crisis en el sector industrial tiene implicancias que van más allá de la caída en la producción. Entre noviembre de 2015 y abril de 2019, se perdieron 141.100 puestos de trabajo asalariados en la industria manufacturera, que es el sector que más personas emplea en nuestro país generando 2 de cada 10 puestos de trabajo registrado. En lo que va de 2019, la pérdida de empleo en el sector industrial, sin tener en cuenta la estacionalidad, fue de 18.530 puestos de trabajo.

Esta caída del empleo, sumada a la pérdida de poder adquisitivo que sufrieron los trabajadores en los últimos años, genera una retroalimentación negativa en el ciclo económico, con contracciones en el consumo agregado que se traducen en menos ventas en los comercios y menos producción en la industria local, profundizando aún más la crisis.

Un tema central detrás de esta delicada situación de la industria es cómo afecta a la inversión del sector privado, uno de los pilares del modelo económico que intenta instaurar el Gobierno de la Alianza Cambiemos.

La formación bruta de capital fijo, entendida principalmente como la inversión en construcción, maquinaria y equipos de transporte, registró en el primer trimestre del año su nivel más bajo desde 2010, según datos de INDEC y tomando como referencia siempre los tres primeros meses del año.

Luego del pico que tuvo en el primer trimestre de 2018, en donde la formación bruta de capital representó el 21,2% del PBI medido en términos constantes, en el corriente año el ratio se desplomó al 16,9% del PBI, el nivel más bajo desde la crisis del año 2009.

Evolución de la Formación bruta de capital fijo, como porcentaje del PBI a precios constantes.

Primer trimestre de cada año.

Fuente: Estudio Singerman & Makón en base a INDEC